3 +1 Microrrelatos de Patricia Rivas M.
Patricia Rivas M. | Chile | Microrrelato
En nuestra edición de julio, tuvimos la oportunidad de conocer al colectivo internacional «Minificcionistas Pandémicos», hoy te presentamos a la mujer detrás esta iniciativa, sabemos que la mejor manera de conocer a una artista es a través de su obra, por ello, en esta ocasión te presentamos 3 +1 microrrelatos de Patricia Rivas M.
Pero antes, permitenos brindarte algunos datos sobre la autora: Patricia Rivas M. es una escritora chilena, que se desenvuelve en el género de la microficción. Es licenciada en Artes Teatrales por la Universidad Arcis y Diplomada en Pedagogía Teatral por la Pontificia Universidad Católica de Chile, posee un amplio número de publicaciones, entre ellas: Hija bastarda (2009),Cof Cough (2014) y Transacciones (2019) , las cuales forman parte del Patrimonio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (Chile).
Asimismo, su obra forma parte de algunas antologías, por ejemplo: Kaleisdoscopio (Poesía, 1995), ¡Basta! + de 100 mujeres contra la violencia de gènero (2012), Microquijotes 2 (2015), Mujer (2015), Hokusai (2019) y Brevirus (2020), entre otras. Ahora sí, te compartimos a continuación una muestra de la obra de esta talentosa autora chilena.
Infantas
Cada viernes acude con la madre a la Vicaría de la Solidaridad, para saber si hay alguna noticia.
Luego de registrarse la estampa una identificación, por lo que deduce que posee un cargo relevante, aún no sabe leer. Asciende majestuosa los peldaños de la blanca escalera sosteniendo el vestidito con ambas manos, jugando a ser princesa.
La cima la ovaciona con intensos coloridos de un gran cuadro. La entretiene pasear en este lugar observando las arpilleras que embellecen los corredores en diversas tonalidades, exhibiendo mujeres con pancartas, grupos atormentados, personas con hambre. Los motivos le entristecen.
En el patio de luz descubre a otros infantes con ansias de juguetear, sin embargo, se comportan indiferentes unos a otros.
Continúa en su recorrido, aparecen innumerables fotografías en blanco y negro adheridas a las paredes, varones en su mayoría. Intuye que el padre yace en una de ellas.
Llega la hora de partir, concede las últimas miradas a los colores de la pintura sobre la escala anhelando que la escolten sus tonalidades durante la semana. Manteniendo el protocolo correspondiente, desciende solemne y con nostalgia, devuelve la identificación, regresando a ser plebeya.
En el presente, transita con su hija pequeña vestida de princesa ante el edificio.
Le endereza su corona.
Pactos
Los crímenes siguen impunes, en tanto las instituciones implicadas, permanecen en el silencio. El Instituto Médico Legal, continúa almacenando el ADN de familiares directos, por los posibles restos óseos por hallar, no obstante, los pactos secretos son inviolables.
El final de este Microcuento también se mantiene en reserva.
Grupo B
Un integrante X del grupo de WhatsApp B, emite una opinión, en tanto el miembro Z realiza una consulta. El elemento A le contesta, pero Y se ofende con la respuesta, agrediendo a A. De Inmediato X que siente pasó desapercibida, y como nunca le han parecido las opiniones de Y, le emite una serie de afirmaciones ofensivas. Z conciliadora como siempre, sube una gift la cual lanza de manera explosiva, corazones a diestra y siniestra. X que continúa molesta, envía una frase tipo cuchilla a tajo abierto para Y. Z rápidamente sube una imagen sobre la paz mundial. En tanto A pide disculpas, quizás debió haber contestado otra cosa (debí haber pensado antes, reflexiona, pero nunca lo hago).
Y guarda silencio, continúa ofendida.
Después de un lapsus, Z menciona que llueve, que sería genial juntarse a comer sopaipillas. A A, la idea le parece estupenda y ofrece su departamento.
Z, conforme de cómo maneja las situaciones, propone llevar la masa. X reconociendo que anda cruzada, ofrece llevar el aceite para freír.Y comunica que asistirá pero llegará tarde.
Como siempre/ nunca se juntan.
Continúan dentro del grupo, tratando de llenar sus vidas de la A a la Z.
Partitura migrante
Las caderas oscilan en ritmo caribeño al pulso del sudor en nota negra, por una melódica posibilidad laboral.
Exiliadas del compás in-cesante de la tierra nativa, menean al sazón caliente del repertorio tropical y la llave de sol, componiendo la existencia del trabajo digno.
La melodía retumba en desacordes para un Concierto en Xenofobia.