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4 poemas que Maximiliano Hernández no quisiera que leyeras

4 poemas que Maximiliano Hernández no quisiera que leyeras

El papel de un artista en la sociedad suele estar en unidad con la sensibilidad por aquello que el pueblo padece. Durante la historia muchas obras artísticas han denunciado injusticias, expresado la inconformidad con el modo de pensar de la época o han servido como registro  de grandes sucesos.

En El Salvador, muchos son los que han escrito sobre 1932, por ello, compartimos esta selección de  4 poemas que a su forma muy particular, reflejan  la indignación con las medidas  contrainsurgentes tomadas por el expresidente salvadoreño, General Maximiliano Hernández Martínez y que posiblemente no quisiera que estuvieras leyendo.

Lo que dijeron sus labios

El primer poema fue  escrito por el salvadoreño, Alfredo Alvarado Guerra, originario de Nahuizalco, departamento de Sonsonate, “Lo que dijeron tus labios” es un poema dedicado a la viuda de Feliciano Ama (Líder indígena de los Izalcos) y el cual publicó bajo el seudónimo «Amarilis» en la revista Cipactly.

Esta fue la india que se quedó 
llorando...Ella no dice por qué, sólo
me enseña dos camisetas nuevas y
un calzoncillo de manta-dril.

y no lo comprendo.

- Allá en aquel palo de mango, lo
encontré colgado, una mañana del
veintidós de enero...

Entonces sí lo entiendo.

Ninguna mujer tuvo más razón que
tú para llorar, india desamparada,
hecha viuda por dos lazos blancos. Tus
lágrimas son de rencor, porque sólo
tu Dios tenía derecho a su vida, esa
vida que tú alimentabas con frijoles
y tortilla a la hora del Ángelus.

Pero los años de vivir juntos te han
regalado un hijo que pronto será
hombre. Entonces, tú debes
enseñarle las dos camisetas nuevas
y el calzoncillo de manta-dril.Verás
en sus ojos prender el fulminante de
una promesa filial; verás en sus
manos un juego nervioso. Tú le
darás más tortillas, más frijoles,
porque ha de ser el símbolo de la
redención.

¿Sabes lo que significa un hijo para
tu viudez? Tu religión. ¿De que te
sirvió el escapulario de la Virgen
del Carmen y las candelitas a San
Cayetano?¿Acaso hicieron algo para
rescatarlo? Sólo te contesta el viento
que silba burlón entre las
ramazones del plato de mango...

Allí tienes tu mejor religión, india:
dos brazos nervudos y un altar
dentro del pecho. Rézale a él. Pídele
a él.

Y verás otra mañana de cualquier
enero, prendiendo de otra rama de
mango, en vez de camiseta y
calzoncillo...Smoking y guerreras...

Feliciano Ama – Pedro Geoffroy Rivas

Una restrospectiva de la ejecución del líder indígena, Feliciano Ama, es lo que Pedro Geoffroy Rivas plasma en el poema que lleva el nombre de aquel hombre que colgaron de un árbol las fuerzas coercitivas del Estado en enero del 32.

      Del árbol del que cuelgas, tu fruto permanente     
      Día a día fecunda la tierra que tu mano           
      Cultivó sin descanso, porque el maíz, hermano     
      De tu sueño, multiplicó en el sueño la simiente.   
                                                         
      Del ancho litoral hasta el volcán hermano,         
      Como un cristo de piedra que esparce la simiente, 
      En batalla sin tregua, en lucha permanente,       
      Fue derramado sueños y esperanzas tu mano.         
                                                         
      Hoy vives en el sueño, antiguo fruto oscuro,       
      Y en la plaza de Izalco, indestructible, puro,     
      Te hace flamear el viento como bandera en alto.   
                                                         
      Tu inefable presencia habita nuestra casa,         
      Familiar y cercana, porque tu vieja raza           
      Al esculpir tu nombre humanizó el basalto.

Levantamiento indígena, 1932 – Carlos López

Un abordaje desde la perspectiva histórico/político es la propuesta del poeta Carlos López , al hablar en su obra de los hechos sucedidos el 22 de enero de 1932.

Para que se pueda deshistorizar el pasado,
no diga que este país es El Salvador.
Este es un territorio condenado
sin momentos lujosos en el tiempo.
No hay tradición que conservar
y si algo se destruye vale tan poco
como un animal de labranza accidentado.

Mas no se preocupe ninguno: la respuesta
de Maximiliano fue corporativa,
universal, valiosa, en medio de la crisis:
él suprimió a los estorbosos
[Schlesinger ha dicho que ha comenzado
a combatirse el comunismo].
Unos 25,000 de ellos ya ha caído como moscas.

Y hoy se entiende: fue necesario.
Había una crisis: el precio del café,
por ejemplo, más bajo que nunca,
protestas en las calles, subidas de tono,
necesarias reformas presidenciales
estorbadas por oleadas subversivas,
rebeliones, por quienes usted sabe
que son idiosincrática, protagónica
plaga que inciviliza a los mundos
y ataca las tierras ejidales y torna
al campesino, uno contra el otro,
odiosa tribu, signo grave
para correctivos.

Los otros, los causantes, son malos,
absolutamente indignos.
Se alzaron contra el régimen.
Y hubo que exterminarlos.
Mas no se preocupe ninguno:
Hernández Martínez hizo un buen trabajo
y los terratenientes, contentos.
Ha muerto la iracundia del machete:
en Tacuba, Nahuizalco, Juayúa,
en cada hacienda y sirva de escarmiento.

Todos – Roque Dalton

No podía faltar una de las obras más reconocidas del Poeta revolucionario, Roque Dalton, «Todos» hace alusión a la cicatriz que representa la fecha para la cultura salvadoreña, o para todo aquel que se considere salvadoreño; Dalton, hace énfasis en lo crucial que fue esta fecha para la configuración de la sociedad salvadoreña, un poema atemporal que resuena hasta nuestros días.

Todos nacimos medio muertos en 1932                               
sobrevivimos pero medio vivos                                     
cada uno con una cuenta de treinta mil muertos enteros             
que se puso a engordar sus intereses                               
sus réditos                                                       
y que hoy alcanza para untar de muerte a los que siguen naciendo   
medio muertos                                                     
medio vivos.                                                       
Todos nacimos medio muertos en 1932.                               
Ser salvadoreño es ser medio muerto                               
eso que se mueve                                                   
es la mitad de la vida que nos dejaron.                           
Y como todos somos medio muertos                                   
los asesinos presumen no solamente de estar totalmente vivos       
sino también de ser inmortales.                                   
Pero ellos también están medio muertos                             
y sólo vivos a medias.                                             
Unámonos medio muertos que somos la patria                         
para hijos suyos podernos llamar                                   
en nombre de los asesinados                                       
unámonos contra los asesinos de todos                             
contra los asesinos de los muertos y los mediomuertos.           
Todos juntos                                                       
tenemos más muerte que ellos                                       
pero todos juntos                                                 
tenemos más vida que ellos.                                       
La todopoderosa unión de nuestras medias vidas                     
de la
s medias vidas de todos los que nacimos medio muertos         
en 1932.                                       

Esperamos que hayas descubierto algo nuevo con esta selección de poemas y sobre todo reflexionado sobre el significado histórico de esta fecha ¿Conoces alguno más? puedes compartirlo en los comentarios de esta publicación en Facebook.

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Carlos Nuila