
«El daño colateral de los recuerdos» de Becky Macías
Por: Javier Iraheta
La poesía es una voz para sentimientos profundos que nuestra personalidad suele ocultar, es quizás eso uno de los poderes sublimes de este género literario. Sin embargo, entre la belleza de los versos, hay autores que ocultan en lo más profundo su sinceridad. Pero, este no es el caso de Becky Macías que ha escrito un libro cargado de tanta sinceridad que parece dialogar directamente con nosotros.
“El daño colateral de los recuerdos” es el nombre de su primera publicación con la cual se integra a la literatura salvadoreña de la mano de «Alkimia Libros». Sumándose a las emergentes voces de jóvenes talentosos y ávidos por la creación literaria. Esta primera obra de la autora, como ya he mencionado, está dotada de una profunda sinceridad, sin lugar a duda, los versos son inspirados en las experiencias propias y eso hace que a medida se avanza en la lectura nos sentimos tan parte de esa historia.
Su abordaje en la poesía me recuerda ese sentimentalismo, como el de Rosalia de Castro cuando escribió los versos «Algo ha quedado tuyo en mis entrañas / que no morirá jamás, / y que Dios, por que es justo y porque es bueno, / a desunir ya nunca volverá.» en su poema Era apacible el día. Esa misma emotividad es retomada por Becky Macías.
Esa emotividad cargada de honestidad poética nos hace conocer sus miedos, algo que a menudo intentamos ocultar en nuestro afán de parecer fuertes ante los demás. Ella nos dice:
“Tengo tantos temores/ y de todos ellos /al que más temo/ es a la palabra recuerdo (…) y yo que soy tan débil/ caigo en su trampa, / me rindo antes del tiempo, / dejo que me arranque la esperanza,” (Recuerdo)
“Dolor mío, / descansa sobre mi pecho, / imprégnate en mi ser / permíteme ser débil.” (Ruinas)
Y quién está dispuesto a aceptar que se encuentra inestable, Becky expresa en su poema Sortilegio: “no sé dónde termina mi locura / sospecho que termina en ti.” Luego dice en Inercia: “Tengo dentro de mi pecho / un innato deseo de amar, / de desbordar mi locura / y callar el incesante deseo.” Con estas ideas la autora es capaz de decir como se considera y además declara la causa de su estado. Así, nos muestra como en la literatura se pueden encausar todas las emociones y hacer de ellas símbolos poderosos.
El libro que nos presenta Macías gira en torno a un amor, pero uno pasado, truncado, e imposible. Esta temática lo hace cercano a los lectores, que sin lugar a duda saben que es el desamor y la nostalgia. “quiero escribir sobre amor, / pero la melancolía es mejor musa.” (Catástrofe)
Según lo anterior parece que Becky Macias ha escogido el mejor camino para purgar sus emociones, a través de la lírica ella convierte sus experiencias en poesía y es ése su gran a porte a las nuevas generaciones que hoy sumidas en banalidades han olvidado el poder la escritura. Macías, irradia luces de esperanza de que las nuevas generaciones también escriben.
Por otra parte, un elemento que destaca en el poemario de Becky Macías es la utilización de la segunda persona, por lo que de manera directa se dirige a esa persona sin nombre propio en sus versos:
“Tú dices que me quieres, / discreto y sutil, / y cuando lo dices, / mis delirios se vuelven sensatos, / no hay murallas ni trincheras, / me vuelvo valiente y te quiero; / esa es tu estrategia.” (Te quiero y no es cobardía)
“Sigo posponiendo el día de encontrarme contigo. / ¿Qué estarás haciendo? / Aquí no ha parado de llover, / sigo con los pies en la tierra…” (Trinchera)
Otro elemento que debe destacarse es el uso de los elementos de su alrededor para que estos refuercen la situación sentimental del “yo lírico”, es decir lo sitúa en un espacio melancólico que recuerda al ser amado. Sirvan como ejemplo lo siguientes versos:
“El viento atraviesa la ventana / y trae consigo nostalgia, / suena como un soplo de esperanza, me da fe y luego me arranca.” (Insomnio)
Ahora bien, un tema frecuentemente abordado por los escritores es la muerte, quizás por ser ese campo desconocido y que suele llenar de incertidumbre. Bajo esa línea, entre su poesía amorosa y nostálgica, hay un poema que acaricia con sus versos la muerte, al estilo de Becker en su rima LXI cuando dice: “Cuando la trémula mano / tienda, próximo a expirar, / buscando una mano amiga, / ¿Quién la estrechará?”
Macías por su parte expone lo siguiente: “Cuando la tierra reclame mis restos, / el aire deje de llenar mis pulmones / y mi nombre no sea más que un recuerdo, / y mi recuerdo la única forma de resucitarme, no llores / no digas mi nombre, no busques culpables”. (Lecho de muerte)
Su poema anterior, parece influenciado por Roque Dalton que dijo en su poema Alta hora de la noche: “Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre / porque se detendría la muerte y el reposo…” Así, los tres textos encierran esa reflexión de la vida que seguirá su cause después de la muerte del poeta.
Quisiera aclarar que la poesía de Macías es realista, por ello nos muestra a una mujer que puede estar triste, como puede estarlo cualquiera, es pues una poesía humana. Aclaro esto porque en ningún momento se refuerza la idea de la mujer débil por su condición de mujer, al contrario, se denota la lucha cuando dice “Estoy transformando (me) / y aprendiendo a amar (me); / desde esta trinchera / nadie puede lastimarme” (Trinchera)
Sin embargo, continuar en los espacios de la creación literaria le implica un reto de vida. Proseguir en la poesía y en su caso del verso libre, le requiere trabajar mucho más la musicalidad tan inherente a este estilo y la aplicación de los recursos retóricos, que ya se distinguen en su primera muestra, pero que con esfuerzo y empeño perfeccionará. Macías ya está encaminada en este espacio que se llama lírica, pues desde los 14 años sabe que la escritura es parte de su viaje.
La literatura de Macías es clara, honesta, sentida y humana por lo que se destacan esos elementos que la hacen cercana, sobre todo a los más jóvenes que requieren de literatura que les motive a la lectura y expresión de sus emociones. Una escritora como Becky es vital en los tiempos actuales donde las nuevas generaciones están desencantadas del libro.