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«Mitad verso y mitad cuchillo», una selección poética de Aníbal Malaparte

«Mitad verso y mitad cuchillo», una selección poética de Aníbal Malaparte

Lo que están por leer, de la mano del poeta mexicano Aníbal Malaparte, podría clasificarse como un poco de nihilismo matizado con un toque de marxismo. En los siguientes versos encontrarán el cuestionamiento mismo del ser, entendido como ese autoconcepto generado por el sistema de creencias imperante en la sociedad y las acciones que se ejecutan en la misma siendo regulados por la moral.

Con lo anterior en mente, a continuación tienen una selección de cuatro poemas de Aníbal Malaparte.

Alea iacta est

¿Y si abandonamos las mentiras

en las cuales no creemos

pero aun así nos reconfortan?

¿Qué me preguntas?

¿Qué es aquello que te arrebataron?

¿A quién le confiaste tu nombre?

Tu nombre no le incumbe a nadie,

ni siquiera a ti, a tu infancia,

tus puñeteros padres, primeros amores,

o cualquier impuesto ritual de paso.

¿Cuál es el maldito placer 

de esta ruina, gritos, inquietudes,

desafinados instrumentos,

luxaciones, nebulosos recuerdos,

brindis irrevocables y armas en la mesa,

que se destierran sin despedirse de nadie,

ni buscan nada que puedan describir

y nada encuentran en el imaginario pecado,

hasta que aburridos se comen su pistola?

Estoy harto de hablar de la vida.

Vivir está sobrevalorado,

sólo imbéciles tradiciones, estúpidas costumbres,

metafísica y ontología mientras nos extraen plusvalía, 

una lista de conciertos a los que no fuimos,

vagabundas efemérides y necias conjuras, 

que lloriquean exigiendo atención.

¡Prefiero revolcarme con el cadáver de Lady Macbeth

antes de continuar esta venérea desventura sin gloria!

La bomba estalló,

nos dejó sin manos.

Conciencia y escrúpulos

son para fracasados moralistas

que ruegan por un Dios.

Y matando hasta morir,

vertiendo encantadora y psicótica claridad, 

escuchamos el jazz del cementerio

y bailamos con un esqueleto transexual.

Ya tenemos nuestra rutina.

Nos despedimos con sonrisas

con tal de no volver a vernos.

Agazapado en la oscuridad

Ese insomnio que recuerda,

tan solitario que vacía botellas,

tan solitario con sus libros de Tito Livio,

ese recuerdo acogido con odio y orgullo desnudo,

desnudo cubierto con sangre y mierda,

con tatuajes para perpetuar horrores pasados.

Cicatrices inmortalizando adrenalinas heredadas

y la obsesión por una venganza en bemoles dolorosos

—un desagravio ajeno, pero adoptado como propio—

Acéptalo

acéptalo, aunque niegue tu futuro

acéptalo, aunque no tengas más opción,

dedícale tus poemas,

tu tesis de licenciatura,

tu militancia,

tus amores perdidos,

abrázalo como abrazas el caos,

bésalo como besas calaveras,

cógetelo como coges tras meses de abstinencia

y tapa las cañerías con látex barato,

dile que un poema de Rimbaud,

nudillos con la piel rota

y los tercos leninistas que se niegan a rendirse,

quitan cierto tedio a la vida

Pero ese otro instante cuando gritas: ¡Nihil!

ese instante que se cree borracho de la muerte de Dios,

ese sudor anhelando adormideras,

ni deja de vociferar,

ni puedes callarlo

No lo sé

Si no sé explicar lo que siento,

¿cómo voy a ser capaz de decirte cuando vuelo y me estrello?

Si no sé lo que vas a decirme,

¿cómo quieres que dispare a los relojes?

Si no sé lo que vas a hacer,

¿cómo quieres que cante un blues sobre el daño que me hicieron tus caricias?

Y si no sé porque tú y tus porqués 

¿cómo quieres que no tema tus restos, tus rastros, tus rostros?

Y ahora que eres mitad verso y mitad cuchillo,

¿quién te llorará en mis noches bolcheviques?

Piromanía

El fuego no produce sombra

y parece no importarle,

está muy ocupado consumiéndolo todo,

ensimismado en su belleza absurda,

¿qué necesidad tiene el incendio 

de reptar hacia mí?

¿Y el quizá, quizás importa?

¿Acaso en el ocaso alguien preguntó por mi deseo?

¿Interrogaron mi desvelo?

¿Leyeron mis diarios secretos?

Te ahorraré el hackeo de mi correo,

pinchar mi teléfono

y seguirme por las calles:

lo que quiero

son cenizas tapando el sol

y humo en mis pulmones.

sobre el autor

Aníbal Malaparte (Xalapa, Veracruz, México) nació el primero de mayo de 1992, es adepto al jazz, al noise y al grunge, practicante de artes marciales y licenciado en Historia por la Universidad Veracruzana.

Es autor de los poemarios : Escribe poesía, construye bombas caseras (2019), Conversaciones de odio (2020), Delirios nihilistas (2020) y La asamblea de los fantasmas (2023).

Es colaborador y fundador de diversas tertulias literarias, entre ellas: Adictxs a la Poesía, Vérsame Mucho, Conspiración Poética, entre otras. También, ha participado en diversos encuentros literarios nacionales e internacionales el Encuentro Babel, Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, la Fiesta Itinerante del Libro Alternativo y el Festival Internacional Arte Ahora.

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Revista Culturel