Letras Escarchadas, antología poética de Erick Galo


Erick Galo es un joven poeta originario de San Pedro Sula, Honduras. Recuerda con anhelo el primer poema que leyó, fue uno escrito por su padre, el cual cataloga como » 4 líneas inolvidables». Posteriormente se adentraría en el género lírico al adquirir Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada de Pablo Neruda, en una feria de libros.
«A partir de allí, inicio a buscar más poesía y conocer acerca de los diferentes estilos y, como todo principiante, a intentar emular los diferentes tipos de poesía que iba encontrando», expresa Galo.
Al preguntarle porque prefiere la poesía sobre cualquier otro género literario, respondió lo siguiente:
Prefiero la poesía sobre cualquier otro género porque su significado siempre depende del lector. Es cómo retratar una fotografía y repartirla sin explicación.Los demás géneros serían como un video, que te explica el «porqué’ y los «cómo», pero la poesía es una fotografía altamente subjetiva a la cual tu mismo le das un motivo.
Erick Galo
El año pasado publicó su primer poemario titulado «Planetario», actualmente se encuentra trabajando para publicar el segundo. En esta ocasión comparte con todos nosotros algunos de sus poemas.
Amor muerto
El amor murió de noche:
Las estrellas se apagaron para siempre,
los recuerdos se apoderaron del presente.
El rojo, enamorado color, dejó su hogar,
y el gris, solitario,
asumió su soledad.
El amor murió sin ver el sol:
El poemario se marchitó con sus hojas hechas llanto.
La historia del corazón partió para no volver jamás.
El amor murió de noche, porque en su agonía moríamos los tres.
Muerte en silencio
No todos los guerreros de la vida mueren en batalla.
Algunos morimos en silencio; lejos del estruendo.
Morimos en la muerte de un pez de río que saltó sobre una piedra.
Vamos perdiendo la sonrisa cotidiana; la alegría del respiro.
Algunos morimos y así muertos caminamos.
Muertos llevamos nuestro sepulcro envuelto en las entrañas.
El epitafio es una despedida que damos a cualquiera.
Hay muertos que morimos en silencio.
Lejos de la lluvia funeral.
Poeta americano
Vida que recorre las vidas como fantasma entre las casas y las fiestas,
tomando verbos de los árboles y recogiendo adjetivos de entre los caminos.
Los días se pasan dejando todos un verso en la almohada,
y la cobija del poeta es una manta con letras escarchadas que se van en su piel por la mañana.
Se van esparciendo las letras y las hijas de las letras en las oficinas, en las plazas, en los conciertos y en las carreteras.
El poeta siempre lleva una noche de luna en su mochila y un puñado de sueños en los bolsillos.
Se detiene en los cafés y se presta a la plática del alma, a la interpretación de los rostros desconocidos.
Su familia son los sonetos; sus hijos los acrósticos casuales.
Este es el poeta errante; el poeta mestizo.
Al otro lado del océano se escucha la poesía por las calles, allá en las tierras blancas.
Es el poeta errante un extranjero entre los bailes tropicales.
Adolescencia
Debimos vernos aquella tarde
Pero no tuve valor, y me ganó mi adolescencia
Ya no te vi más al pasar por tu casa
Fue como una ilusión fugaz, como aquellos años inolvidables de sol
Me pregunto si tu nombre será el mismo que creo recordar
O si con los años he ido cambiando las letras
Debimos vernos aquella tarde
Era a las cuatro, frente a la tienda
Pero se nos fue la adolescencia