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Josué Ramos, letras cargadas de nostalgia y amor

Josué Ramos, letras cargadas de nostalgia y amor

En los últimos años he encontrado muy buenas producciones de jóvenes poetas, dignas de admirar por el manejo del lenguaje y sus temas perfectamente abordados. Sin embargo, muchos de ellos han optado por alejarse de lo amoroso, sentimental y nostálgico. Parece que su atención se ha centrado en muchas áreas que no incluyen ese aspecto intimista de la poesía. De allí, mi gran sorpresa cuando leí «Mañana serás olvido» de Josué Ramos.

En ese sentido, leerle ha sido una experiencia amena y sensible, una lectura manejable para disfrutar de letras cargadas de nostalgia y amor. Aquí, me declaro culpable, amo la poesía que dibuja el amor pasado y la soledad. He disfrutado a gusto de su poesía junto a mi taza de café de la tarde.

Hablemos de amor y nostalgia

«Mañana serás olvido» es un conjunto de poemas que expresan esa añoranza por el paso del tiempo; manifiestan esas emociones humanas de la lucha eterna entre el amor y el desamor. Ramos nos regala, para la producción nacional, una muestra de esos sentimientos tan arraigados al ser humano y a la poesía.

El amor está a flor de piel en su poesía, de principio a fin, no dice: «Y del amor sólo quedan despojos,/ escombros en la memoria,/ plumas derramadas/ en el silencio de los relojes.» (Pájaros cautivos)

Ese mismo amor truncado, se describe perfectamente cuando con sus versos expresa «pero todo se vuelve impreciso:/ humo es derramado/ en mis labios/ y nada prevalece/ salvo la ausencia de tus besos.» (Tejedor) Tal como se observa en dicha estrofa, el poeta añora ese amor arraigado a un cuerpo que constituye el objeto del deseo, el objeto de lo añorado.

Tal como he mencionado su poesía está cargada de aires de nostalgia, para ello, sirvan los siguientes sentidos ejemplos:

Cuando llegue a viejo
si es que llego
y suspire tras la ventana
observando
las formas de la lluvia
y recuerde vetustas pasiones
inconclusos amores
mi pecho de hojarasca
sentirá un leve crujido
por algo que me falta
(Cuando llegue a viejo)
Octubre es una puñalada en la memoria,
un golpe en la placenta del recuerdo.
Porque octubre es un pésimo mes para recordar.
(Conviene no recordar)

Como se ha observado, Josué Ramos nos presenta con sus palabras una fuerte intención de nostalgia del paso del tiempo, y este se lleva esas alegrías transformadas en palabras nostálgicas de lo ya fue, y ya no será jamás. La poesía de Ramos hace una mezcla homogénea, donde amor y nostalgia se combinan para arrojar como resultado la uniformidad.

Bajo es misma línea nos habla así: a veces/ recuerdos calcinantes/ de epidemias incurables/ insoportables/ noches de sangre/ muertes interminables/ de amores imborrables… (Lo que traen los vientos) Luego, agrega: «Es diciembre, y presiento que tu voz,/ ese nicho al que inclino mi rostro/ —en total desconcierto—/ no volverá a pronunciar mi nombre.» (Es Diciembre)

Las memorias son el hilo conductual de la obra de este autor novel, que constantemente nos dice que está recordando y viviendo su melancolía. Y cuando esto sucede, volvemos a vivir las pasiones, los amores, las caricias y los besos; con la única diferencia que todo es esencia de lo vivido.

Una interesante incrustación

Por otra parte, en este laberinto de añoranzas, el autor hace uso de elementos contemplativos, de pronto declara: «El miedo incrusta sus garras/ en mis párpados:/ No veremos las mismas estrellas,/ alma mía. Ya no.» (La niebla), lo cierto que en un principio creí que el uso de «el alma», era un asunto aislado, pero para mi admiración, luego leí lo siguiente:

Antes que yo naciera mis lágrimas sabían
de la daga certera y del fingido abrazo.
Mi pecho conocía el ósculo de Judas,
-Antes que yo naciera- Y el de Cristo clavado.
(Antes que yo naciera)

Es claro que su poesía no es religiosa, pero ha incrustado sigilosamente estos elementos que se acoplan estupendamente con el sentido nostálgico de su obra. Sirvan como ejemplo los versos del poema «Polvo entre las palmas», donde retoma el símbolo del paraíso: «Las nubes apresuran su viaje/ como evitando la mirada de los hombres/ y los cielos están poblándose de desiertos/ –hasta los muertos perderán su paraíso–»

Finalmente ese componente hasta escritural se condesa en su poema «Escultura», un poema de tres versos, pero con una reinterpretación de la creación del ser humano:

A tu imagen
y semejanza esculpí
mi tristeza.

La autorreflexión del poeta

La grandiosa Claudia Lars dijo: «Poeta soy y vengo, por Dios mismo escogida,/ a soltar en el viento mi canto de belleza,/ a vivir con más alto sentido de nobleza,» (Poeta Soy), en su poema la autora reflexiona sobre la identidad y propósito de ser poeta. En sus versos aborda esa conexión inherente de su persona y la poesía. Esto recordé cuando leí algunos de los poemas de Josué Ramos, donde tal parece que este autor ha reconocido ese vínculo especial.

Bajo esa línea leemos poemas como el siguiente:

ahora yo ya no soy yo
sino una brizna,
/un suspiro,
un susurro,
/un hálito
dentro del caótico
mundo de las palabras.
(Arte Poética)

El poema anterior, y al leerlo completo, refleja una reflexión profunda sobre su incursión al mundo de las letras y ese sentido de crear lo que él llama «una arboleda de palabras».

También, como parte de su proceso de meditación de su oficio de poeta, describe su poesía: «Pobre mi poema sólo sirvió de ungüento/ en una llaga recién abierta./ El desdichado sólo sirvió de terapeuta./ Pobre mi poema, cumplida la función,/ lo incineraron en una hoguera.» (Banalidad del Arte)

Es más, de manera satírica nos ofrece una receta sobre como escribir poesía:

Husmea en tus miserias
busca un artefacto perdido
una carta un rostro un beso
algo que pudo haber sido y no fue
abre lentamente tus párpados
deja humedecer tus pupilas
que te apuñale el pecho
un recuerdo nocivo
que a tus huesos los fracture la nostalgia
deja que un hormiguero
carcoma tu garganta
y cuando no puedas hablar
serán entonces las palabras el trino
de tus dedos
y listo
has escrito un poema

verás que con sangre y lágrimas
queda más bruñido.
(Instrucciones para escribir un poema)

Viejos temas, estilo actual

De ninguna manera retomar los temas de las pasiones humanas hace del primer libro de Josué Ramos, un libro en desfase temporal, pues es claro que el autor le ha dedicado el tiempo requerido para afinar su trabajo y acoplarlo a los lectores de esta generación.

Y cuando nos dice: «Hemos sentido el fuego de la ausencia/ la punzante herida de la traición/ el deletreo calcinante de las despedidas/ la dinamita estallando en un adiós» (Hemos sentido), nos invita a reflexionar con él, pero en nuestras desventuras y amores, de los cuales no hay escapatoria.

A la vez, el uso de recursos estilísticos como anáforas, personificaciones, símbolos y metáforas deja claro que Josué Ramos se ha tomado el compromiso de escribir y perfeccionar su escritura. Es un camino largo por recorrer y muchos aspectos por afinar, pero este autor reconoce su atadura con la poesía y esta lo guiará.

Su libro impreso llegará en los próximos días y estamos invitados desde el inicio a acompañarle en su camino por la poesía. ¡Enhorabuena Josué Ramos!

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Javier Iraheta