Exclamaciones, una breve antología de Rolando Reyes
Sobre el autor
Rolando Reyes es un poeta latinoamericano, originario de Matanzas, Cuba. A sus 52 años, la calidez y elegancia de sus versos le han valido para ser publicado en diversas revistas digitales en España y Argentina. Hoy Revista Culturel de El Salvador, se une a la difusión de la poesía de Rolando Reyes con este breve antología.
Otros poemas del cubano Rolando Reyes pueden ser apreciados en varias Antologías de la Editorial chilena “Isla Negra”, tales como: “Mil almas, mil obras” 2017; “Todos los Quijotes”, en homenaje a Miguel de Cervantes, 2018, “Homenaje a Charles Baudelaire” 2018, “Las trece rosas de España”, y “Hambre en pandemia” 2021; así como en varias antologías de la editorial Letras con Arte. España. 2019 y 2020.
poemas de Rolando Reyes
Poeta Real
Ser poeta es difícil,
es vivir en este mundo y salir ileso,
ser diestro en morir y regresar
en cuestiones de segundos.
Un poeta es simétrico, enigma sin explicación,
árbol perenne en el bosque de la poesía.
El poeta está en todas partes,
ve lo que otros no pueden,
escucha lo que el universo susurra
y lo traduce al lenguaje del alba y el crepúsculo.
El poeta viene de lejos, de cierta naturaleza única;
de él solo vemos una mitad,
la otra pertenece al idioma del árbol y su fruto.
El poeta viene del tiempo de la exactitud,
evidente y grande, total en su código,
semilla plantada en el surco de la proeza.
El poeta no tiene prisa, es suyo el atardecer
y los primeros rayos del sol,
las exclamaciones, la tinta blanca sobre la estrella.
Sus palabras son como juguetes misteriosos,
nos circundan de tantas formas,
se apoderan de nosotros
y nos reúne alrededor de su cuerpo.
Allí quedamos, para él, somos montañas maravillosa
al borde del espacio
él nos mira desde su realidad, guarda silencio y se ofrece.
El último en salir
La vida hace sonar el tamboril
llega el inicio.
Hay un hombre que aparta su rostro
busca alguna señal desperdigada en trapos
y no sabe que el punto se vuelve una pregunta.
Los mismos portadores de la carne
creen en la manera de callar
mientras toda la vida le lleva hacia los riscos
que el silencio dibuja.
Abajo están las cascadas la sed
el tiempo y su argamasa y sus pedruscos
y la misma pared que viene al pairo.
Este hombre tiene un cuerpo
ofrenda que a Dios hará saltar de gozo.
Alguien mira a lo lejos las brumas
que al cielo brindan silbos de lejanías y anchura
mientras aquí los huesos prosiguen su camino
de vidrio nunca estéril.
El hombre que se encuentra varado en los confines hace que suene el gong y va a los surcos.
La Permanencia
Quiero estar en las manos
que nunca le han temido a la costa y la muerte,
quedarme entre los ojos
que no pueden ver los colores del pájaro,
estar quieto en las bocas que nos llegan de lejos.
Quiero estar en los dientes
en los dibujos al final del camino
como en busca de sueños que se hallan
por encima del hombre que irrumpe en la mazmorra.
Necesito la vida
quiero que me transforme en la sombra de una flor
y me pinte alrededor del musgo
para estar en la sangre, en tus ventanas,
en mi propia voluntad
y en todos los océanos.
Me urge depositar mi ancla en la timidez
convertirme en otras islas dulces,
en el pincel y en la roca premura
donde se finalizan los poemas.
Inmortal
Si miras a mis ojos verás que estoy en paz con las dolencias
aí mi nombre y sálvame de esta muerte
ahora que sé cuales son las cosas que tengo,
ahora que la historia se perfila para ver los soles que perdí.
No pienses que es demasiado tarde
así es como deseo que recuerdes quien soy
arrepintiéndome de todas las cosas que perdoné
aquellas que hoy se abren de par en par ante los ciclos.
Está mal que esté sangrando
todos los segundos que gasté
eran más que simples momentos de una historia.
La risa puede esperar
no llores esta noche por esa razón
el cielo está sobre nosotros
y la vida es mucho más de lo que podemos vivir.
Observa hacia mis ojos si deseas esta clase de sueño
ha quedado entendido que sólo acepto permanecer lejos sólo para sentir el regocijo de escuchar como respiras.
A una muchacha que espero
Una muchacha se asoma,
golpea mi puerta,
retira las llaves de la cerradura,
me enseña sus heridas,
dice algo sobre la gravedad del tiempo,
recoge mis poemas
y desaparece.