Yuleisy Cruz Lezcano, Naufraga de aguas impuras
Yuleisy Cruz Lezcano es una poeta y escritora cubana. Partió al viejo continente cuando tenía 18 años y desde entonces reside en Italia. Es una profesional de la salud, sin embargo, en paralelo ha desarrollado una fructífera carrera literaria.
Entre su obra publicada se encuentra: “Fotogrammi di confine” (2017), “Demamah: il signore del deserto» (2019), “Inventario delle cose perdute” (2018), “Tristano e Isotta. La storia si ripete”(2018), entre otros.
La mayoría de la obra de la artista se encuentra en italiano, no obstante, en esta publicación ella comparte 5 poemas en su lengua natal (el español).
Sandalias calladas
Estoy pasando una y otra vez
por el mismo camino,
los perfumes de lluvia y flores
nunca son los mismos.
Las cosas pierden
en el mapa
el punto de reunión
y mis sandalias calladas
no dejan huellas,
olvidan todo y caminan
hacia los horizontes de la herida.
Dicen que se aprende de la vida
y yo hecha de días
como un hueso lleno
de resina oscura,
naufraga de aguas impuras,
vivo en la nostalgia que se despierta.
Con estrépito ruido de la puerta
dejo pasar una gaviota ultrajada
y en los rebaños de la encrucijada
me pierdo en un mar de plumas.
Soy yo, soy otra y ninguna,
a veces demasiado, a veces poco
y a veces de mayor tamaño,
con un pie abajo y otro en el peldaño,
subo con el tiempo
y el tiempo me habla
con la voz atrasada de mil años.
Turistas
La sangre caliente…
aquella sangre de Cuba…
la isla más allá del océano Atlántico,
rodeada de aguas, don de curación
del dolor de los ermitaños,
turistas extraños,
fugitivos del fuego de la ortiga,
de las voces internas dobladas,
buscan la luz condensada
de la alegría perdida.
Llegan los peregrinos,
dicen que quieren cambiar vida
y con las almas dormidas
y llenos de equipajes
continúan sin comprender el viaje,
después de concentraciones de naufragios.
Corren buscando prodigios
por un mar sin formas,
traen un canal inapreciable de conflictos,
son al pasado adictos
y no comprenden
que no existe desplazamiento,
porque el corazón aflicto
no hace ningún descuento.
Libertad
Ola sobre ola
en el cielo azul,
con silencio de cristal
y el canto en el pecho escondido
exhala el último respiro
el pájaro de siete ojos,
llora por la herida del agua,
por la fiebre del poeta
y por los antojos
de quién quiere
sin saber lo que quiere.
La flor de sangre
que su cuerpo hiere
le recuerda la vieja vida
de la playa de sueños,
donde volaban sin dueños
sus ideas de proa
amantes de las nubes.
La herida de la humanidad
A veces me pregunto
porque sigo buscando,
en el pajar una aguja.
Creo que lo hago
para encontrarme
con el ser humano.
Mis manos son ojos,
mi boca tiene manos.
Se hacen preguntas.
¡Qué largo es este recinto
de dinastías de odio,
en donde cada episodio
tiene un final distinto!
Soberanamente convinto,
falsamente gobernado
y cruelmente declarado
de un gobierno, cuya mano
juega con la vida del ser humano.
Por la conciencia
y su ritmo de carne,
la humanidad de cuello frágil
soporta las Islas de migajas,
el collar de hierro, el jarrete
de quién somete
a la esclavitud los otros hombres.
Sobre el mundo cruel,
mi faz de fango
me ensucia la cara,
el agua del bautismo
en mi mente se seca,
reclamo para mi perdón
el apocalipsis de los monstruos
que envenenan sin razón
el corazón de los siervos que callan
todas estas muertes fútiles.
Mis riquezas
No tengo tierra,
tengo las plantas y los árboles
plantados en el pecho,
una raíz sembrada en los ojos,
un cielo azul
dibujado en la mirada.
No tengo un templo,
tengo una fiesta de amapolas,
un perro que mueve la cola
cuando siente mi voz.
No tengo casa, no tengo cama,
tengo un sinsonte que me llama
y sabe mi nombre.
No tengo mucho
pero no es poco lo que dejo,
dejo un río claro que sirve de espejo
para mirar las formas de las nubes.
Dejo libros, un árbol, un canto,
una rosa de amor, una fecunda semilla,
una piedra cómoda como una silla
para mirar las estrellas encendidas
y darle gracias a la vida
por haber hecho tanto con poco,
por dejarme hablar como un loco
con todas las cosas que sólo
aparentemente no responden.