Deidades y seres mitológicos de la cultura Nahua

Por: Héctor Martínez
Antes de exponer las divinidades de nuestra cultura ancestral es importante diferenciar dos términos. Por un lado, tenemos la palabra “Nahua” que es el nombre de nuestra cultura ancestral, y el otro vocablo es “Pipil” que fue el nombre impuesto por los tlaxcaltecas y españoles que realizaron la mal llamada conquista de las tierras ahora salvadoreñas.
El término “pipil” surge debido a que los tlaxcaltecas hablaban náhuatl (mexicano) y al escuchar hablar a los lugareños, ellos les dijeron a los españoles que los nativos salvadoreños hablaban un náhuatl (mexicano) como niños, por lo que, en documentos sobre la conquista, el náhuat en El Salvador fue llamado náhuatl corrupto o pipil, pues para ellos los indígenas salvadoreños hablaban como niños.
En ese sentido, considero más oportuno hablar de cultura nahua, y por consiguiente de divinidades nahuas.
Sincretismo religioso
Durante la invasión se buscaba despojar a las comunidades indígenas de sus creencias, cultura, idioma y religión, fue por ello que se impuso un nuevo orden, el cual traía consigo nuevas creencias y nueva cultura, nuevo idioma y nueva religión. Los indígenas de esa época para salvaguardar lo poco que conservaban, optaron por “disfrazar” a sus deidades, surgiendo así la santería, la cual consistía en disfrazar a una deidad local, por otro santo cristiano.
Además, la iglesia cristiana construyó sobre lugares sagrados indígenas o importantes como sus templos para seguir atrayendo a los indígenas de aquella época. Hace un par de años en Panchimalco se encontraron unas figuras indígenas en las paredes de la iglesia que demuestra cómo se llevaba a cabo este sincretismo.
En la actualidad ya no se realizan actividades puramente indígenas, en su mayoría están sincretizadas, pues todas estas prácticas antiguas desaparecieron tras cientos de años de imposición y sustitución cultural. Y aunque se pueden observar y escuchar algunos grupos indigenistas que fusionan lo nahua, maya o lenca con la new age; esto no es nada más que una versión hibrida de algo propio con ideas fantasiosas y caricaturizadas de lo que eran los pueblos indígenas. Estos grupos atraen y entretienen a los turistas y lamentablemente confunden a otras personas que buscan conocer sus verdaderas raíces.
Ahora bien, apegándonos más a nuestra antigua realidad, tenemos afortunadamente muchas prácticas sincréticas de donde podemos observar, recordar y reconocer a varias de nuestras deidades antiguas.
Shipetz Tuteku (xipetotec)

El día de la cruz en náhuat era conocido como “Ne achtu at”, que significa la primera agua y era una actividad que se desarrollaba desde antes de la imposición del cristianismo en las comunidades indígenas, esta actividad consistía en entregarle frutos como ofrenda a Shipetz Tuteku y Taluk.
Shipetz Tuteku era el señor de la regeneración. Ne achtu at se celebraba a inicios de mayo, pues era justo ahí cuando caía la primera agua, entonces Taluk hacia llover y Shipetz Tuteku hacia que la naturaleza entera se generara, por lo que la iglesia cristiana vio una buena oportunidad para sincretizar esta actividad indígena y volverla cristiana. Pero los indígenas de aquella época decidieron ocultar a Shipetz Tuteku en una cruz de palo de jiote debido a su parecido con el señor desollado Shipetz Tuteku.
Taluk

A Taluk además de encontrarlo en la celebración del día de la cruz, lo tenemos presente en el habla de los nahuahablantes, pues se sabe que en náhuat alguien (un ser supremo) da el agua, da la lluvia, aunque ya no se mencione y nadie recuerde a Taluk, lo encontramos tácitamente en el habla coloquial de los abuelos y las abuelas. Como en los siguientes ejemplos:
- An tea kimaka wey at maya shijshini que quiere decir hoy (él) ya no da agua, solo está pringando.
- Tachia ne tunal wan kimaka at, anka munamiktia ne masat que quiere decir Alumbra el sol y (él) da agua, quizas se esta casando el venado.
Analizando estas frases podemos estar seguros de que a quien hacen referencia los abuelos es a Taluk, pues antiguamente Taluk era el señor que daba la lluvia a los nahuas.
Nanawatzin

Para conocer esta divinidad es necesario conocer el siguiente mito:
“Hace muchos años una anciana mientras caminaba por la calle encontró un árbol de morro, ella observó que el morro tenía un fruto muy grande así que decidió cortarlo. Lo tomó y se lo llevó para su casa, al llegar a su allí lo partió; y para su sorpresa encontró a dos niños dentro del morro. Ella muy sorprendida se quedó con los niños y los vio crecer, estos niños crecían muy rápido, y mientras crecían notó que no eran personas normales, pues tenían habilidades especiales, por ejemplo una vez estaban pescando, ellos tomaban el agua en una red de pescar y la movían de un lado a otro. Los jóvenes eran muy inquietos y desesperaban a la pobre anciana. Los jóvenes siempre iban a pescar y llevaban camarones ya les gustaban muchísimo, pero mientras dormían Nanahuatzin les untaba la grasa de los camarones en los labios para hacerles creer a los jóvenes que ya habían comido.
Con el paso del tiempo los jóvenes se dieron cuenta de lo mala que era la anciana con ellos, pues iban a pescar y la anciana no les daba ni de comer. Por lo que muy molestos le pusieron tres pruebas a la señora y le advirtieron que de no pasar esas 3 pruebas ellos le quitarían el corazón y se lo comerían. La primera prueba consistió en ir al río y ella debía llenar la red de pesca con agua sin que se saliera, al igual como lo hacían ellos, ella no lo logró hacer. Su segunda prueba era Subirse al techo de la casa y debía orinarse rodeando la casa, pero ella tampoco pudo hacerlo. Su tercera prueba era enderezar un árbol torcido pero ella tampoco pudo hacerlo.
Nanahuatzin estaba muy preocupada, por lo que comenzó a comer basura para llenar y tapar su corazón, porque sabía que como no había pasado las pruebas podía morir. Y así fue, los jóvenes le sacaron el corazón a y lo lanzaron al fuego, lo cocinaron y se lo comieron.
Con el tiempo nanahuatzin volvió a renacer y ahora ella venía con muchas habilidades que antes no tenía, por ejemplo la de desmembrarse. Con el paso del tiempo ella se casó y por las noches salía sin que su marido se diera cuenta, uno de los vecinos se dio cuenta de lo que pasaba con Nanahuatzin y le contó a su esposo, pero él no creía, ya que siempre sentía el cuerpo de nanahuatzin junto a él. Sin embargo esa noche por sus dudas, tuvo cuidado y la espero. Su esposa al verse descubierta, saltó a la nuca de su marido y se le pegó a su cuerpo, el señor estaba desesperado pues todo lo que comía, Nanahuatzin lo absorbía, por lo que a él se le ocurrió un plan para deshacerse de ella.
Así que un día la sacó para recolectar frutos y mientras el señor se subía a un árbol le pidió a Nanahuatzin que se quedara abajo por su seguridad, con la intensión de huir y dejarla ahí, pero de pronto pasó un venado corriendo y Nanahuatzin saltó a la espalda del venado, el venado al sentir la cabeza de la mujer corrió más rápido y se estrelló en una espinal y ahí murió nuevamente ella.
Luego volvió a revivir y esta vez regresó más fuerte y mientras ella caminaba por el campo vio a unos zompopos que llevaban unas semillas extrañas por lo que les pregunto que eran esas semillas, y los zompopos le contaron que era maíz, ella lo probó y le gustó. Entonces les pidió de favor que le dijeran a dónde podía obtener más maíz, los zompopos no quisieron decirle a donde estaba, por lo que ella se cortó uno de sus cabellos y amarró a los zompopos hasta que le dijeron que el maíz estaba oculto dentro de un cerro, ella se elevó a los cielos y como rayo partió el cerró y sacó el maíz y desde entonces gracias a Nanahuatzin comemos el maíz.”
Esta historia difiere mucho de la versión mexicana, en México Nanawatzin es hombre y en esa versión cuenta que él por su humildad entre las deidades se sacrifica saltando al fuego y se convierte en el sol. En El Salvador ella es quien cría a los Tepewas, que eran los muchachos que salieron del morro y que posteriormente se convertirán en los ayudantes de Taluk. También en la versión salvadoreña Nanawatzin es quien descubre el maíz, y de ella aún se escucha su historia en las comunidades, aunque claro, ya no como deidad, sino como una “bruja”, por sus habilidades especiales. Podemos decir que en la actualidad es de la única deidad que se habla, aunque ya no con el título de deidad.
Ejekat

Esta es otra deidad de la cual ya no se recuerda su nombre, pero si se se hace remembranza de cantos dedicados a él. Ejekat significa viento y los nahuahablante recuerdan que sus abuelos siempre contaban historias sobre Ejekat, como un espíritu o un ser vivo, un ser con el cual se jugaba y cantaba: “Guindindin, guindindin witz tepet ejekat: Guindindin, guindindin viene el viento al cerro. Para celebrar su llegada.”
Además de este canto es un normal escuchar en el habla cotidiano frases como: Pewa witz ne ejekat (comienza (él) a venir el viento).
Kuyankuat

La Kuyankuat es más conocida por todos como Ne Kuyankuat, ella no era un ser supremo o una deidad, era ayudante de los Tepewas y estos a su vez eran ayudantes de Taluk, el señor de las lluvias.
La cadena de trabajo estaba dividida de la siguiente manera: La kuyankuat en la tierra con su canto forma las nubes de tormenta y oscurece el cielo. Cuando ya se ha oscurecido sube con los Tepewas. Los Tepewas, aquellos muchachos que eran los que encontró Nanawatzin en el morro, son los encargados de recoger el agua de los ríos en matatas y guardarla para que haya lluvia que lanzar desde el cielo.
Esta agua la derramaba Taluk, pues sin el permiso de él no podían hacer llover sobre la tierra. Como datos adicionales, la Kuyankuat tiene otra misión en otro plano y consiste en resguardar un gran jade, que es un tesoro que nadie ha visto. Sobre la Kuyankuat en la comunidad se habla mucho y todos afirman haberla visto alguna vez, también aseguran que no es solo una, sino muchísimas.
Tepewas

Son seres mitológicos, sobre ellos se sabe que si crecieron, pues en la historia de Nanawatzin quedaron pequeños, pero existe otra narración donde ya han crecido y se hacen llamar “Arbolarios” porque vuelan sobre los árboles. También se les conoce como “Huraceneros” debido a que al volar, ellos generan unos enormes vientos de tormenta, y siempre antes de que llueva, los abuelos y abuelas dicen “ahí vienen los huracaneros ya” y con esa frase se entiende que está por llover.
Otro talento especial de los Huracaneros es que pueden cambiar de forma y pueden convertirse en animales. También los Tepewas (Huracaneros o Arbolarios) tienen a sus princesas, las mujeres Huracaneras son las que destruyen las milpas, porque tienen grandes cabellos y al llegar ellas a jugar a las milpas los fuertes vientos que provocan sus vuelos hacen que se enreden sus enormes cabelleras y destruyan las milpas.
Tzitzimit (en náhuat) – El sisimite (en español)

El tzitzimit es un ser con apariencia de hombre, con uñas larguísimas y con vello en todo su cuerpo, pero rara vez se logra ver su apariencia real, pues se puede transformar en cualquier cosa.
En la mitología nahua mexicana es la deidad del cosmos y del miedo. En El Salvador tiene el poder de provocar miedo al hablar sobre él, debido a que es un ser que confunde a la gente y la pone en una especie de transe mental, éste ser, como adopta la forma de cualquier persona suele presentarse como una persona “normal”, que platica con las personas y de un momento a otro los hace perder la razón y muestra su verdadera forma. Entonces, la persona ya no sabe quien es, no sabe a donde está y el Tzitzimit puede hace que la otra persona haga lo que él quiera, puede dar ordenes que se deben cumplir o se puede robar el alma. Si solo hizo una travesura en un par de minutos u horas se recobra el conocimiento y ya no se recuerda nada.
En el Salvador es muy conocida esta historia, de hecho existe la barranca del Sisimite en San Vicente en donde se afirma que era el hogar de esta criatura. La barranca del Sisimite es un lugar muy importante en la arqueología salvadoreña debido a que allí se han encontrado los fósiles más grandes del El Salvador.