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¡Salvemos nuestra lengua ancestral!

¡Salvemos nuestra lengua ancestral!

Una lengua no es sólo un conjunto de signos estructurados y sistematizados, es también un reflejo de la visión de la realidad desde la perspectiva de una cultura. En ese sentido, la lengua se relaciona con la cosmovisión, la identidad y la forma de vida.

En el caso de una lengua materna, como el náhuat, es un reflejo de nuestro origen y pasado, es una marca de lo que somos como sociedad. Con su gran importancia para nosotros como pueblo salvadoreño, surge la pregunta ¿Qué hace el estado salvadoreño para conservar nuestro náhuat?

El sistema educativo, de manera aislada, ha hecho algo pese a qué la enseñanza de nuestra lengua nativa constituye un proceso formativo de valoración de la diversidad lingüística y al mismo tiempo cultural. Es decir, implica identificarnos y respetarnos entre la diversidad.

Es lamentable que la marginación hacia los grupos indígenas ha implicado la discriminación de su lengua, considerandola como irrelevante aun cuando ésta constituye patrimonio cultural inmaterial. Así, nuestro náhuat es ignorado por todos, sean o no académicos, nos sumamos a dejar morir nuestra herencia patrimonial

La desaparición del nahuát, debido a los pocos náhuahablantes con avanzada edad, es una señal de alerta a la población en general y a las instancias competentes a tomar cartas en el asunto y no dejar perecer nuestra lengua materna.

Estamos en estado de emergencia ante una desaparición inevitable de nuestra lengua que se irá con nuestros abuelos y nuestras abuelas náhuahablantes. Acaso no haríamos nada ante el eminente agotamiento de un recurso vital como el agua, entonces ¿Por qué no hay pronunciamiento serios por las palabras de nuestro náhuat que están próximas a desaparecer?

El desinterés y la apatía frente a la realidad de menos de doscientos náhuablantes es sólo un reflejo del nivel cultural salvadoreño que dista mucho de otras sociedades que poseen como lucha la preservación de su patrimonio y expresiones culturales.

¿Veremos en El Salvador proyectos sólidos de preservación de nuestra lengua náhuat? o seguiremos en la pasividad hasta que muera nuestra lengua y con ella la sabiduría de nuestros pueblos.

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Javier Iraheta