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Conoce los nuevos rostros de la danza salvadoreña

Conoce los nuevos rostros de la danza salvadoreña
bailarinas de el salvador

Nombres como el de Morena Celarié, Xenia Vaquerano, Yasmin Hernández , Nené de Roeder e incluso el de la primera dama Gabriela de Bukele probablemente sean los más conocidos de la danza salvadoreña, sin embargo, en la escena artística nacional comienzan a hacerse hueco un par de jóvenes bailarinas salvadoreñas muy talentosas ¿quieres conocerlas? ahora te las presentamos.

Cristina Grande | Bailarina Ejecutante en Danza Folklórica

bailarina salvadoreña -cristina grande

Sandra Cristina Grande tiene 36 años de edad y es Bailarina Ejecutante en Danza Folklórica.  Ha tenido la oportunidad de formarse bajo la dirección del investigador, bailarín, coreógrafo y maestro Marcial Gudiel , creador de la técnica para la danza folklórica salvadoreña.

Ha participado en la ejecución de varias piezas como: “Cacaopera” (2018), “El Tigre y el Venado de San Juan Nonualco” (2017), “Anhelo de un alfarero en Ilobasco” (2014), entre otras producciones llenas de riqueza cultural. A nivel internacional ha representado a El Salvador en México, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

A lo largo de su trayectoria artística a pertenecido a varios grupos folklóricos, entre ellos: el Ballet Folklórico de la Universidad de El Salvador, Ballet Folklórico Caña de Azúcar y Ballet Folklórico Nixapa.

«Amo la danza, en especial mi rama porque me ha permitido sembrar una semilla en las nuevas generaciones a través de la enseñanza, en donde la danza folklórica es más que un show carnavalesco para que la gente “no se aburra” en un evento; porque en la danza uno es el instrumento de las emociones, de las historias por contar a través del movimiento, en uno renace aquél indígena que, a pesar de la historia, permanece.  Quiero ser alguien que tenga la oportunidad de formar y hacer que las nuevas generaciones puedan apropiarse con amor de las costumbres y tradiciones que nos definen como salvadoreños», menciona la artista.

Sarahí Gutiérrez | Bailarina de Ballet

Sarahí Gutiérrez - bailarina salvadoreña

Andrea Sarahí Gutiérrez Coto tengo 23 años de edad. Actualmente cursa el quinto año de la licenciatura en Nutrición en la universidad de El Salvador, en cuanto al terreno artístico, Sarahí se encuentra en el octavo año de ballet clásico en la Escuela Nacional de Danza Morena Celarié, de la cual forma parte desde hace 17 años, ahí he tenido la oportunidad de participar en distintas producciones escénicas, por ejemplo: Don Quijote, Romeo y Julieta, La bella y la bestia, Cenicienta, cricrí y su mundo mágico.

«La danza es parte de mi vida y mi motivación es el público porque sé que para muchos de ellos su escape de la realidad es ver las puestas en escena, también es una forma distinta de expresar las emociones y sentimientos con las que vivo. Mi mayor motivación es graduarme porque quiero ser participe de la formación de nuevas generaciones de bailarines en el país», dice Sarahí. 

Hazel  Castillo | Bailarina de Clásica y Contemporánea

Hazel  Castillo | Bailarina salvadoreña

Hazel Catalina  Castillo Pérez  tiene 22 años de edad, inició su formación en  la Escuela Nacional De Danza Morena Celarié  en el año 2007, en un programa llamado Danza Creativa,   a partir del 2008, cuando tenía   nueve  años de edad,   inicia  su proceso de aprendizaje en  ballet clásico.  En la actualidad continúa instruyéndose como bailarina de ballet clásico, asimismo, se ha adentrado  en la Danza Contemporánea en la Compañía Nacional de Danza (CND).

«La Danza para mi es pasión, libertad y además lo describo como  un momento único en la cuál el bailarín tiene la oportunidad de expresarse con el movimiento y el sentimiento. Agregando que con  la Danza podemos trabajar la imaginación  y la creación de nuevas historias. La Danza permite que el bailarín se demuestre así mismo que es capaz de lograr una infinidad de cosas y que tiene la oportunidad de comunicar al espectador un mensaje único. Las metas que tengo como bailarina es poder tener la oportunidad de  viajar a otros países, enriquecerme de nuevos conocimientos culturales, entre otras cosas, y lograr así proyectar todo lo aprendido a futuras generaciones», acota la Hazel. 

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Angie Gutiérrez