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Una tradición que perdura entre la industrialización

Una tradición que perdura entre la industrialización

Antiguo Cuscatlán es un municipio del departamento de San Salvador donde cada 28 de diciembre se conmemora, desde hace más de cien años, la Procesión de los Santos Niños Inocentes. Pese a ser un territorio fuertemente industrializado, los pobladores mantienen viva su tradición.

Al sur de la ciudad se encuentra ubicada la zona Industrial Plan de La Laguna que está compuesta por dulcerias, industrias plásticas, máquilas, harineras y concentrados entre otros. Además, posee universidades privadas, centros comerciales y una red hotelera. Razón por la que cualquiera sería escéptico a creer que un municipio así podría sostener una tradición de esta clase.

Herencia colonial

El día 28 de diciembre se lleva a cabo la fiesta religiosa más importante de Antiguo Cuscatlán en honor a los Santos Niños Inocentes, ésta es una tradición que ha perdurado con el paso del tiempo.

Esta actividad forma parte de las fiestas patronales del municipio que se registran desde la época colonial. Su antigüedad se comprueba por medio de un oleo dentro de la iglesia del siglo XVIII que le da explicación a los personajes a los que se les rinde honor en esta fecha.

Celebrar a los Niños Inocentes es una herencia española introducida por la dominación durante la colonia. La Iglesia Católica conmemora a los niños que fueron asesinados por Herodes, según la tradición, tras el nacimiento de Jesús para evitar que éste ascendiera como rey.

Fe y devoción en las calles de Antiguo Cuscatlán

Feligreses se unen a esta tradición llevando sus «niños» para que puedan participar de la procesión. Muchos tienen años de formar parte del recorrido llevando sus imágenes en canastas o en carrozas.

Los «niños» son decorados de maneras creativas y representativas según sea la petición, agradecimiento o temática que deseen los portadores de los pequeños que conforman la procesión de los Santos Niños Inocentes.

Las imágenes de Los Santos Niños Inocentes siguen en la procesión a Santa Juana, que un día antes también tiene su procesión, quién según la tradición logró salvar a muchos de los niños de la masacre, por eso, para los feligreses católicos simboliza la protección de los niños.

La Imagen de Santa Juana que lleva en sus brazos a un niño es decorada con flores de colores, acompañada con música y tras de ella la feligresía llevan a los «niños» mientras los pobladores salen de sus casas para apreciar el recorrido.

La imagen de Santa Juana sale de la Iglesia para dar inicio a la procesión de los Santos Niños Inocentes.

Dando vida a una tradición por medio de la fe

Hace años la antigua iglesia sucumbió por un incendio, sin embargo, la tradición se mantuvo. ¿Qué ha permitido la permanencia de esta herencia colonial?

Un elemento que ha impedido que esta tradición se desvanezca es la devoción católica que ha permanecido arraigada en los salvadoreños desde la colonia.

Un ejemplo de esta devoción es la de Miriam de Ramirez quien tiene más de 25 años de participar en la procesión llevando su «niño»; ella asiste a juntos a sus padres y hermanos como acto de fe.

Miriam de Ramirez viaja desde Santa Tecla años tras año para a agradecer por un milagro de salud en su hermano que estaba según relata destinado a quedar invalido. Sin embargo, ella y su familia hicieron su petición y en agradecimiento por una respuesta favorable vendrán todos los años.

Al igual que Ramirez, son cientos de personas que se avocan en esta fecha para agradecer por sanidades, viajes favorables, graduaciones entre otras bendiciones que aluden son realizadas por intervención divina.

La tradición es tan popular que atrae no sólo a salvadoreños dentro del país, sino que aprovechando la temporada vacacional muchos compatriotas regresan al país para formar parte de la procesión. De igual forma, se hacen presentes extranjeros que desean apreciar el evento ya sea por fervor religioso o para presenciar esta manifestación cultural.

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Javier Iraheta