fbpx

Mister Cop (traducción al Inglés)

Mister Cop (traducción al Inglés)
Mister Cop- Josué Andrés Moz
Fotografía con fines ilustrativos

La pluma de Josué Andrés Moz concibió, hace algún tiempo, el que sería uno de los poemas más lascivos dirigido a los cuerpos de seguridad públicos salvadoreños en la actualidad. Su poema «Mister Cop» podría ser descrito como una bofetada lírica, estética pero contundente a las fauces de los cuerpos coercitivos del Estado. Este 2020, el poeta Juan Lebrun tuvo a bien traducir al inglés los versos del ya mencionado poema de Moz.

A continuación, la versión original seguida de la propuesta de Lebrun.

MISTER COP 

A Carla Ayala y Daniel Alemán

No necesito calzar su uniforme para hablar de la muerte
ni conocer el oscuro abecedario que le besa los dientes, señor policía.

Dígame entonces
qué hacemos con sus tatuajes,
dígame
dónde esconder la dentada silueta de su miseria,
qué hacer con esa tristeza de no poder meter sus manos bajo mi falda,
de no poder llevar mis tacones,
con esa rabia luminosa que lo hace querer romperle los dientes a mi hermano.


Perdone, señor policía,
que sea tan directo,
perdone mi tristeza.
Perdóneme, señor policía, por no ser uno de sus muertos,
por no sonreírle trágicamente a sus compañeros en la patrulla,
por no estarme pudriendo en bartolinas,
por no dejarme fabricar las pruebas necesarias,
por no agachar la cabeza y caminar bonito frente a su sombra
de un metro treinta, de un metro ochenta.

Acá la noche se nos mete por los pulmones,
acá los billetes tienen el rostro de lo que hemos perdido.
No necesito los cuchillos,
no necesito los balazos,
no necesito verlo agitar su soledad en el asiento del copiloto.


Míster cop-burbuja negra-the polismen,
¿Cuántos gemidos le caben en la punta de la bota?
¿Cuántas cicatrices dormidas lleva en el eco de sus manos?
¿Cuántos desiertos han tejido las arañas en la boca de su mujer?
¿Cuánta ausencia soportan los delgados huesos de su hija?


Yo lo conozco, señor policía,
no necesita taparse el rostro para mí,
no tiene por qué arrodillarse frente al Cristo,
ni llevar más ceniza en su frente que la que lleva en las manos,
no necesita demostrar que nació con alacranes en los ojos;
yo escucho desafinar esa canción desde que desapareció a su compañera,
yo conozco su dulce ritual de sangre,
yo sé de la potencia hidráulica de sus mandíbulas.


No se preocupe, señor policía,
yo traigo mis propias bolsas negras
para ahorrarle el gasto
y las molestias.
Sobre el Autor

Josué Andrés Moz

Poeta y gestor cultural salvadoreño, egresado de la Licenciatura en Letras de la Universidad de El Salvador. Ha publicado «Carcoma»(Editorial La Chifurnia,2017), Pesebre (Editorial La Chifurnia, 2018) y Babel (Malpaso Ediciones)

Ahora, la versión en inglés.

MISTER COP

To Carla Ayala & Daniel Alemán

I don’t need to fit in your uniform to speak of death
nor to taste the dark alphabet kissing your teeth, mister cop.
 
Tell me then
what should we do with your tattoos?
Tell me
where to hide the toothed silhouette of your misery,
what to do with that sadness unable to stick your hands under my skirt,
of being unable to carry my heels,
with that luminous fury that incites you to break my brother’s teeth?
 
Sorry, mister cop,
for being so direct,
sorry for my misery.
 
Sorry, mister cop, for not being one of your slain,
for not smiling tragically to your fellow officers on patrol,
for not rotting in a dungeon,
for not letting me fabricate the necessary proofs,
for not bowing my head and not walking nice towards your shadow
thirty-foot long, eighty-foot long.
 
Here the night sticks into our lungs.
Here dollar bills carry the face of what we have lost.
I don’t need knives.
I don’t need gunshots.
I don’t need to witness him tremble with loneliness in the passenger seat.
 
Mister cop—black spume—policemen,
How many moans fit in your boot-end?
How many scars asleep carry in the echo of hands?
How many deserts have spiders woven in the mouth of your woman?
How much absence can bear the skinny bones of your daughter?
 
I know you, mister cop,
you don’t need to cover your face for me,
you don’t need to kneel before the Christ,
nor to carry ash on your forehead more than what you carry in palms,
you don’t need to demonstrate that you were born with scorpion-eyes;
I hear that song out of tune since you disappeared your workmate.
I know your sweet ritual of blood,
the hydraulic potency of your jaws.
 
Do not worry, mister cop,
I bring my black bags
to save you the expense
and the trouble.
Sobre el autor

Juan Lebrun

Poeta, fotógrafo y traductor, posee un diplomado en Narrativas Contemporáneas y actualmente colabora con la revista Buenos Aires Poetry en la rama de traducción, también, ha sido parte de procesos de restauración en distintos proyectos.

About Author

Revista Culturel

otras publicaciones